Y algunos elementos de la izquierda se reunieron para "celebrarlo" en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para montar un espectáculo francamente lamentable.
Estaban los mismos intelectualoides de siempre: Almeida, Saramago, Bardem (¿de qué se quejará luego?), Leo Bassi... vamos lo mejorcito de cada casa. Prepararon un acto homenaje a Garzón por todo el revuelo provocado por su pretendido juicio al franquismo. Hasta ahí todo bien. El problema es que la cosa no parecía ser tan neutra y al final pidieron la quema de libros de determinados autores. Lo cierto es que el valor historiográfico de los mismos, Pío Moa o César Vidal, es poco más que nula, pero su visión de la Historia, alejada de la izquierda, hace más daño del que debería a la Progresía de este país.
¿Quema de libros? ¿A alguien le suena? Pues sí, es exactamente lo mismo que hicieron los nazis el 10 de mayo de 1933, quemar los libros de los que resultaban incómodos para la forma de pensar oficial. ¿Es que la progresía también busca que pesemos todos de la forma "correcta"? Como dijo el autor alemán Heinrich Heine en 1821 “Ahí donde se queman libros se acaban quemando también seres humanos”. Simplemente escalofriante.
Estos son los mismos que dicen que lucharon contra la dictadura de Franco, cuando no lo hicieron. Los mismos que se empeñan a demonizar a la media España que no es de izquierdas. Los mismos que se consideran los garantes de la democracia, pero que son antidemócratas, atacan las instituciones, se alían con los partidos que atacan la Constitución o que se echan a las calles con banderas anticonstitucionales (la tricolor) a la menor oportunidad.
Lo cierto es que ellos mismos son los principales interesados en la supervivencia del franquismo y de los franquistas. Necesitan de ellos porque les servirían de contrapunto ideológico para justificar su locura. Lo malo es que no existe ese contrapeso, por lo que conviene mantener vivo cualquier rescoldo "facha", o avivarlo, o sobredimensionarlo. El caso es que los paladines de la democracia, los partidarios de la Cuba de los Castro, deben salvarnos de algo que no existe y a lo que, cuando existía, jamás se atrevieron a enfrentarse.
Ah, por cierto, en la reunión del Círculo llegaron a darle palos hasta a Zapatero. Les parecerá un tibio.
Estaban los mismos intelectualoides de siempre: Almeida, Saramago, Bardem (¿de qué se quejará luego?), Leo Bassi... vamos lo mejorcito de cada casa. Prepararon un acto homenaje a Garzón por todo el revuelo provocado por su pretendido juicio al franquismo. Hasta ahí todo bien. El problema es que la cosa no parecía ser tan neutra y al final pidieron la quema de libros de determinados autores. Lo cierto es que el valor historiográfico de los mismos, Pío Moa o César Vidal, es poco más que nula, pero su visión de la Historia, alejada de la izquierda, hace más daño del que debería a la Progresía de este país.
¿Quema de libros? ¿A alguien le suena? Pues sí, es exactamente lo mismo que hicieron los nazis el 10 de mayo de 1933, quemar los libros de los que resultaban incómodos para la forma de pensar oficial. ¿Es que la progresía también busca que pesemos todos de la forma "correcta"? Como dijo el autor alemán Heinrich Heine en 1821 “Ahí donde se queman libros se acaban quemando también seres humanos”. Simplemente escalofriante.
Estos son los mismos que dicen que lucharon contra la dictadura de Franco, cuando no lo hicieron. Los mismos que se empeñan a demonizar a la media España que no es de izquierdas. Los mismos que se consideran los garantes de la democracia, pero que son antidemócratas, atacan las instituciones, se alían con los partidos que atacan la Constitución o que se echan a las calles con banderas anticonstitucionales (la tricolor) a la menor oportunidad.
Lo cierto es que ellos mismos son los principales interesados en la supervivencia del franquismo y de los franquistas. Necesitan de ellos porque les servirían de contrapunto ideológico para justificar su locura. Lo malo es que no existe ese contrapeso, por lo que conviene mantener vivo cualquier rescoldo "facha", o avivarlo, o sobredimensionarlo. El caso es que los paladines de la democracia, los partidarios de la Cuba de los Castro, deben salvarnos de algo que no existe y a lo que, cuando existía, jamás se atrevieron a enfrentarse.
Ah, por cierto, en la reunión del Círculo llegaron a darle palos hasta a Zapatero. Les parecerá un tibio.
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