David Stirling fue el fundador del SAS, uno de las más
famosas unidades de operaciones especiales de la 2ª Guerra Mundial. Nació en
Escocia el 15 de Noviembre de 1915 y murió el 4 de noviembre de 1990. Tanto el SAS como Stirling entraron en la leyenda por
sus actividades entre 1941 y 1945.
Stirling, el hijo de un Brigadier (General de
Brigada), fue educado en el Ampleforth College.
Después de esto, fue al Trinity College, en la universidad de Cambridge,
durante un año. Sin embargo, su corazón le arrastraba a una vida de aventura y
actividad, no a la formación universitaria. Cuando estalló la 2GM en septiembre
de 1939, él estaba entrenando para escalar el todavía inconquistado monte
Everest. A pesar de ello, cuando la guerra fue declarada, Stirling se alistó en
la Scots Guards Supplementary Reserve of Officers (Reserva de Oficiales de
Complemento de los Scots Guards).
Un año después, se unió a la “Layforce”,
nombre dado al Comando nº8. Era una unidad militar que prometía darle toda la
acción que él buscaba. Cuando la “Layforce” llegó al Norte de África para su
primera rotación de servicio en operaciones, fue casi aniquilada y dispersada.
Hubo quien veía que unidades como la “Layforce” hacían cosas turbias, muy poco
acordes con la tradición militar británica y no tenían razón de ser en un
conflicto convencional. Stirling difería en su manera de ver las cosas.
A pesar de su abatimiento por el resultado del
Commando nº 8, Stirling estaba convencido de que una unidad altamente entrenada
podría operar tras las líneas enemigas con un devastador impacto. Reclutó junto
con Jock Lewes, que tenía similares puntos de vista, lo que sería el núcleo del
futuro SAS. Mientras estaban instruyéndose, Stirling resultó herido en un
accidente de paracaidismo y estuvo en el hospital dos meses. Durante este
período de reposo obligado, Stirling fue capaz de tomarse el tiempo necesario
para planificar realmente qué haría el SAS. Sin esta planificación, no hubiera
podido incluir su nueva unidad en los planes británicos para el Norte de
África.
Con los planteamientos militares tradicionales, los
oficiales que querían exponer algún punto, debían seguir los canales
apropiados, lo que llevaba mucho tiempo puesto que tu idea debía pasar de tu
superior a su superior inmediato y así sucesivamente. Stirling se fue derecho
al segundo oficial británico más importante en el Norte de África, el General
Ritchie. Dio su idea a Ritchie, quien la pasó a su jefe, el General Auchinlek.
A través de esta manera poco ortodoxa (pero importante para que el SAS pudiera
operar en el desierto de África del Norte), Stirling obtuvo el apoyo de estos
dos hombres. Reunió a su alrededor 66 hombres de la “Layforce”, como el nuevo
Special Air Service, y los adiestró para operar tras las líneas enemigas.
La primera misión del SAS fue un desastre. Stirling
sobrevaloró la capacidad de sus hombres para saltos paracaidistas en
condiciones atmosféricas adversas. Saltaron en zonas con mucho viento y lluvia.
Muchos hombres cayeron fuera de las zonas de salto. Solo 22 de los 66 hombres
regresaron a base. A pesar de la tristeza de los camaradas perdidos, Stirling
creía que el mejor honor con el que se les podía pagar era aprender de los
errores cometidos en el “raid”. La decisión más importante que tomó fue que
cualquier inserción en territorio enemigo debería hacerse en a ras de suelo, no
mediante salto en paracaídas. El resultado de esta decisión fue el comienzo del
trabajo en equipo entre el SAS y el Longe Range Desert Group (Grupo Largo
Alcance del Desierto), fundado por Ralph Bagnold.
Posteriormente, el SAS consiguió sus propios
vehículos, que fueron equipados con ametralladoras Vickers K. Stirling usó
estos vehículos con devastadores efectos en golpes de mano a las bases aéreas alemanas. Tal fue el éxito del SAS, que Hitler firmó su afamado decreto ‘Kommandobefehl’, según el cual, cualquier “comando” capturado por los alemanes debía ser ejecutado sumarísimamente.
La
participación de David Stirling en la 2GM acabó en 1943 en lo que solo
puede ser descrito como su anti-climax. Fue capturado por los alemanes
durante un raid. El propio Rommel ordenó ignorar el decreto de Hitler,
respetándole la vida y pasó el resto de la guerra en el castillo de
Colditz.
Davis
Stirling fue llamado el “mayor infracondecorado soldado de la guerra”.
Apodado “The Phantom Major” (el Comandante Fantasma) por aquellos que le
conocieron, fue premiado con la Orden de Servicios Distinguidos por su
trabajo en la Segunda Guerra Mundial. Fue nombrado Caballero en 1990 y
falleció ese mismo año.
Traducción del artículo en inglés de History Learning Site, por Jesús Higueras.
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