Ayer falleció el entrañable Angel Luis Mota ("el Mota", para entendernos) tras luchar contra el cáncer. La verdad es que, no por previsible que sea el final, resulta menos inesperado. En fin, tan sólo desearle que allí donde está, en la Gran Fiesta, se encuentre departiendo sobre cine y haciendo sus particulares bromas ("hombre, dichosas las gafas") con otros ilustres que nos han ido dejando. Por cierto, mañana, lunes, a las 20:00 se celebrará en San Esteban el funeral. Aquí os dejo la noticia (con una breve biografía) de esta fascinante persona que me abrió las puertas al mundo de la distopía literaria. Simplemente, gracias por todo.


Luto en el mundo de la Cultura por la pérdida de Ángel Luis Mota |
Ángel Luis Mota Chamón falleció ayer tras una larga enfermedad en la ciudad de Cuenca, que le vio nacer el 13 de diciembre de 1951. Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense desarrolló su labor docente como Catedrático de Lengua y Literatura Española en el Instituto “Alfonso VIII”, centro en el que fue jefe de estudios en distintas etapas. Profesor en la Universidad de Castilla-La Mancha dentro del Departamento de Filología Hispana Clásica y profesor tutor de Lengua y Literatura durante más de veinte años en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Mota fue director general de Actividad Educativa y Cultural desde 1983 y consejero de Turismo, Juventud y Deporte de la Junta de Comunidades de Castila-La Mancha, con José Bono como presidente. Fue el primer director de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Cuenca desde su establecimiento en Cuenca en febrero de 1985 hasta enero de 1994 en que decidió retornar de nuevo a la enseñanza. Precisamente el pasado 21 de abril la UIMP le hacía entrega a su esposa, Mª Carmen Utanda Higueras, de la medalla de honor de esta institución. Participó en el nacimiento de la revista “El Banzo” en 1975, colaborando sucesivamente en los medios informativos de Cuenca en su apartado cultural en “Gaceta Conquense”, Crónicas de Cuenca, Cadena Ser y en las revistas ”Carpeta” y “Perfil” del Instituto “Alfonso VIII” y “Diálogos de la Lengua”, y desde el 2003 en la columna de contraportada de cada jueves de “El DÍA” junto con los colaboradores de “Columna Cinco”. Colaboró con entidades y asociaciones como Amigos del Teatro, que presidió durante sus primeros años de actividad, Cine-Club Chaplin, “Tormo” y las Semanas de Teatro Independiente de Cuenca, que fundó junto con el profesor Pedro Cerrillo. Desde 2003 era miembro de la Real Academia de las Letras y las Artes Conquenses (RACAL). Ocupaba la letra A, que en su día fue del fundador y presidente de la institución, Carlos de la Rica. Participó de la elaboración del libro “Del alegato a la fiesta” (Cuenca, 1979), una crónica sobre el teatro de la ciudad junto con el escritor y periodista José Ángel García. También publicó "La novela negra española: ambientes y personajes",en 2000, "Andrés González-Blanco en Episcópolis", junto con su mujer Mª Carmen Utanda Higueras, en el año 2003, "Las guías de Cuenca de don Joaquín Rojas", en 2007, entre otras. Embarcado en prácticamente todas las aventuras culturales que se le presentaban, Mota, deja además de sus aportaciones académicas, la imborrable huella de su personalidad generosa y su enorme sentido del humor en todos aquellos que le conocieron. El entierro tendrá lugar hoy, día 10 de mayo, a las 11,30 horas en la parroquia de San Esteban. El funeral se oficiará mañana lunes a las 20 horas en la misma parroquia. |
Como dijimos hace unos días, y como a él le gustaría también, estoy seguro, podemos entonar todos el...
Always look on the bright sight of life...
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Comentarios
Me enteré ayer y fue un gran profesor, además de tutor y amigo cuando estaba acabando el bachiller.
Le diagnosticaron ese gran mal y su vida dio un vuelco irretornable. Pero siempre nos quedará lo agradable y buena persona que fue.
Nos veremos por aquellos lares algún día.
Sigues con nosotros.
Buscando una foto suya he dado con tu blog.
Lo conocí en los años 70 junto a Mary Carmen y a unos jóvenes,entonces, profesores del Alfonso VIII.
Descanse en paz.
Ya se sabe que, en este páis, sólo sabemos reconocer a las personas por su trabajo una vez han muerto.